Día de Difuntos, Tiempo para Recordar el Legado que Dejaron Nuestros Seres Queridos

Sobre el origen de la celebración del Día de los Fieles Difuntos se registran diferentes versiones que se atribuyen su nacimiento. Son distintas las historias, argumentos, creencias y mitos dependiendo del territorio, la población y de la religión. Algunas bibliografías hablan de una costumbre venida de Europa con la conquista española y otras dan los créditos a prácticas ancestrales de pueblos prehispánicos. Lo cierto es que la costumbre tiene la misma finalidad, recordar y honrar la memoria de nuestros seres queridos que han fallecido. Esa manifestación se da mediante una variedad de expresiones religiosas y culturales que principalmente están cargadas de afecto.

El Lcdo. Alberto Gallo, coordinador de la Unidad Educativa Fiscomsional “José María Vélaz S.J.” IRFEYAL, extensión 99 Latacunga, coincide con esa manifestación emotiva a través orígenes culturales y religiosos. Sostiene que el 2 de noviembre es un día emotivo y especial para recordar a nuestros difuntos en unidad familiar.

En América Latina esas expresiones culturales tienen ligeras variaciones de acuerdo al país y a la procedencia étnica, en las que predominan las concepciones en torno a la muerte, con la arraigada creencia de que los seres queridos fallecidos en el día de la festividad vuelven y por ello les preparan altares alegóricos, con fotografías y pertenecías del difunto, como es el caso de México, o preparan platillos y bebidas especiales de celebración para compartir en las tumbas en una reunión familiar. Esta práctica es común en pueblos y nacionalidades de la región andina y amazónica de Ecuador, Perú y Bolivia. La Ing. Ana Cristina Zapata, docente de la misma extensión educativa de IRFEYAL, da cuenta de esta tradición, observando que estas prácticas culturales de poco se desvanecen.

Dentro de la gastronomía predomina la elaboración de panes con diferentes formas de elementos o cosas asociadas con la vida, la muerte y la madre tierra. En Bolivia, por ejemplo, es muy común que la población comparta pan en forma de bebé, sol, luna, escaleras o caballos.

En Ecuador, en algunas comunidades de la serranía, las siluetas del pan también varían para esta festividad de acuerdo al origen de la población, pero lo que predomina es el pan con forma de bebé, las llamadas guaguas de pan que se presentan decoradas con glaseado de colores y rellenas de manjar de leche o mermelada de frutas. La guagua de pan se acompaña con una bebida caliente que está elaborada, principalmente, a base de harina de maíz morado, producto que le da el nombre de colada morada. El Lcdo. Gallo, acerca de estas tradiciones gastronómicas, explica que la finalidad radica en el fomento de la unidad familiar, a pretexto de la preparación.

La Ing. Zapata enfatiza en la necesidad de fortalecer la presencia de prácticas culturales propias para afianzar nuestra identidad cultural y rescatar el sentido de estas. Asegura que es necesario vernos y entendernos desde nuestra identidad y orígenes como un cimiento en la construcción social.

Agregan, tanto el Lcdo. Alberto Gallo como la Ing. Ana Cristina Zapata, que, más allá de las prácticas culturales y religiosas, el Día de Difuntos debería ser el motivo para celebrar, memorar y fomentar el legado dejado por aquellos seres queridos que fallecieron. Hay mucho que rescatar de cada vida, de cada historia, remarcan.

Detallan que, desde la extensión educativa de IRFEYAL a la que pertenecen, trabajan en valores humanos como eje transversal en el fomento y formación de ciudadanos y ciudadanas de bien que aprecian y cultivan su identidad cultural y que, además, respetan la memoria y legado de sus seres queridos fallecidos.

Oficina Matriz - Quito

Jerónimo Carrión OE1-85 y Av. 10 de Agosto.

Oficina Matriz - Quito

02 2524918 / 19

Consultas y requerimientos

info@irfeyal.org